Es una noche como cualquier otra… (o eso quisiera creer) pero desde hace un tiempo las noches no son como otras ni como ninguna, cada una carga el peso de un día diferente y suelen ser más pesadas o livianas según los rayos de sol que ese día me toquen.
Esa noche tan ajena, pero tan propia que quisiera cerrar con el simple click del interruptor que oscurece aún más profundamente mi habitación, no se deja apagar… permanece encendida como si quisiera decirme algo y obliga a que mis ojos miren fijamente la oscuridad sin saber que buscar, de repente como si algo se accionará dentro de mí… recuerdo que las noches tienen el mágico poder de transportarme a lugares inimaginables, a mundos tan extraños como únicos, a planetas fuera de todo espacio conocido, y que me permiten conocer seres tan mágicos como exóticos y divertidos, quizás algunos interesantes pero distantes.
Así mientras la mirada sigue profusa pero concentrada en los matices de oscuridad de mi habitación, recorro lentamente cada espacio habitado, cada lugar (creyendo yo) conocido, cada planeta y cada ser que habita en él, pero de pronto todo parece desvanecerse en un segundo, es como si mi mente bloqueara absolutamente todos los recuerdos y tuviera que pelear con ella misma para que me los devuelva, la mirada parece confusa y su concentración se ha perdido, aparece de pronto un rayo de luz … ¿de dónde? No lo sé, pero aparece y pienso: ¿Cómo puede perturbar tan bruscamente la luz?, lentamente trato de cerrar mis ojos aturdidos por la luz que pareciera enceguecer a pesar de ser algo tímida y mínima, no me detengo a saber de dónde viene, simplemente el deseo de volver a mis recuerdos me exige que cierre los ojos y me encierre en ellos, lo hago más fuerte que antes y procuro dejar que la mirada, que ahora es interna siga recorriendo aquellos lugares que la luz profanamente quiso arrebatarme con sus rayos…
Ella (aquella mirada profusa, que intenta de nuevo concentrarse en lo más oscuro) continua el recorrido profundo… pareciera que poco a poco y cada vez más, me hace caer profundamente en un sueño del que no quisiera despertar jamás, los recuerdos que llegan a mi mente de nuevo parecen tan reales que logra que los disfrute con la magnitud con la que fueron creados…
Así tan lentamente como me sume en el sueño, me lleva a los planetas más extraños donde me invita a conocer todo lo que en ellos habita y que por algún tiempo (quizás indefinido en el tiempo mismo) me atrajo por su energía más genial, divertida y hasta interesante…
De repente el sueño termina, la noche desaparece y un nuevo día quiere colarse en ella, hasta que por el alba lo consigue, permitiendo entonces que este nuevo día tenga una nueva noche y parezca está noche una como cualquier otra.